lunes, diciembre 28, 2015

Brisas de un alma desolada


Un camino desolado


¿Y si la oscuridad tocase a mi puerta?
¿Y si la brisa llenase de tristeza el dulce espíritu de cada amanecer?
¿Y si con cada rocío viera caer cada lágrima con el más puro sentimiento?

Si todas las fuerzas del universo se posasen en un solo punto de mi alma, y mirase parte de mi interior, entonces y solo entonces en ese instante; diría que esa parte de mi se ha desvanecido con un simple suspiro.

En ese momento vagaría por un mundo sin esperanza alguno, perdido en los confines de mi ilusión, rogando que una luz refracte en los oscuros días, y en mis tristes despertares.
Algo de mi se ha ido, respiro por respirar, siento sin sentir, vivo sin vivir.

Un sentimiento asentado en los confines del firmamento,
sellado con cadenas de dolor, tallado sobre un viejo tronco.
Oscuridad, miedo y desolación son solo parte de una ardua sensación.
La lucha se ha perdido, solo queda un paso para caer en este eterno abismo de luz y oscuridad.
Esperanzas e ilusiones han quedado un paso atrás.
Llegar al punto del no retorno, caer en fondo de la desidia.

Y es entonces en que la soledad se apodera de una parte de mi,
triste es la mirada, amargo el respiro, muerte y paz, son el final de este funesto caminar.
Olvido y desolación son el termino de este largo andar.
Ya no queda más que romper, la incuria de una mente atormentada y de un espíritu fragmentado.

Noches perdidas, entre sueños partidos,
fría es la brisa de esta alma desolada.



jueves, diciembre 17, 2015

Cuentos de verano


Desidia de un cuento de verano,
caminos verdes entre luces de ilusión,
gotas caídas sobre el dulce manantial,
nubes de días sombríos,
centellas adornando la oscuridad de un frío nevar,
invierno incesante, cristales de hielo ante la fragilidad del destinó;
estos son los días de un cuento de invierno.






Amanecer de ilusiones,
pétalos caídos sobre un arrogante camino,
pastos incesante ante la llegada del otoño, hojas caídas saturan el paisaje,
leve es la brisa que se posa sobre el valle, dulce es el invierno que se aproxima,
frágil es la mirada con que se reposa, esperando el estruendo de un mal invierno.
Estos son los días de un cuento de verano.

Luces de un sol radiante que se cuelan por el inmenso ventanal,
aromas teñidos en un dulce mirar,
cálido es el sol, cuando dejar colar todo su esplendor,
invierno consolando, espíritu frío se apacigua,
cúmulos de hielo que se deshacen con el verdor del día,
colores en el cielo que van turbando en tonos rojos y amarillos,
espejos de aguas teñidas se abren al son del navegar,
historias plasmados en un cuento de verano.


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